La vida útil de un producto es el período de tiempo en el que se considera válido, según su diseño o especificaciones, para realizar su función de una manera segura y eficaz.
Cabe señalar que la vida útil de un producto varía en función del mismo, su calidad o, inclusive, su propio mantenimiento.
Así, los productos presentan de la mano del fabricante una fecha de caducidad o una recomendación de uso seguro. Para ello, es necesario haber realizado una serie de análisis para medir su rendimiento durante el desarrollo del producto.
Conoce en este post qué es la vida útil de un producto, cómo se define su fecha para estimar su vida útil, cómo se clasifican y qué son los estudios de vida útil.
Vida útil en alimentos, ¿qué es?
En lo que respecta a los productos alimenticios, cabe destacar el concepto de vida útil de un alimento:
La vida útil de un alimento es el lapso entre la producción y el envasado y etiquetado hasta que el alimento pierde sus propiedades organolépticas.
Es decir, es el tiempo en que el alimento es apto para el consumo y este queda marcado con la fecha de caducidad o la fecha de consumo preferente. A la hora de establecer la vida útil de los alimentos, es necesario tener en cuenta tanto factores internos como externos que puedan afectar a sus características: el proceso de elaboración, agentes como bacterias o virus, oxidación, etc.
¿Quién define la fecha de vida útil de un producto?
La fecha de vida útil de un producto queda definida por el fabricante. Este es el responsable de llevar a cabo las pruebas necesarias para determinar este tiempo de consumo o uso seguro. Asimismo, las propias legislaciones de los países pueden marcar esta fecha; aunque no siempre ocurre.
¿Cómo se clasifican los productos según su vida útil?
Ahora que ya sabemos qué es la vida útil de un producto, ¿puedes responder a cómo estos se clasifican? En este sentido, encontramos diferentes tipos que varían en función del tiempo estimado hasta su fecha de caducidad o tiempo de uso seguro.
- Productos perecederos: Este primer apartado hace referencia a aquellos productos que cuentan con una vida útil corta. Es el caso de un producto de cuidado personal, sin ir más lejos.
- Productos no perecederos: Son los más duraderos y, por tanto, su recomendación de uso seguro así como su vida útil es más larga.
- Productos de consumo: Son productos que se emplean con frecuencia y, por tanto, su vida útil es corta; aunque dependerá del tipo de producto y su calidad.
En el caso de la vida útil de un alimento, estos productos quedan divididos también en 3 tipologías: muy perecederos, perecederos y estables. La seguridad alimentaria, las cualidades nutricionales y las condiciones organolépticas son las variables que se miden.
¿Cómo se estima la vida útil de un producto?
Para medir la vida útil de los productos, es necesario estudiar cómo se comportan ante determinadas condiciones ambientales, que incluyen desde el entorno habitual en el que interactuarán normalmente, hasta situaciones atmosféricas excepcionales relacionadas con circunstancias extremas de temperatura, humedad o contaminación.
En función de los mecanismos y métodos utilizados para testar los materiales y de las variables que se miden para descubrir el tiempo de vida útil de un producto, podemos encontrar los siguientes tipos de estudios o ensayos de la vida útil de los productos:
Ensayos de vida físicos
Se encargan de evaluar los cambios que se producen en los materiales como consecuencia de su exposición a fenómenos físicos como el calor, el frío, la electricidad o la luz.
Ensayos de vida químicos
Estudian el desarrollo de procesos químicos como la oxidación o la corrosión cuando las sustancias son sometidas a condiciones diversas de contaminación ambiental o humedad.
Ensayos de vida mecánicos
Analizan propiedades como la resistencia, la dureza, la flexibilidad o la resiliencia de los materiales mediante su tratamiento con fuerzas mecánicas de distinta naturaleza. Destacamos los ensayos destructivos y los ensayos no destructivos.
Estudios de vida útil de producto, ¿qué son y cuándo se realizan?
Por consiguiente, los ensayos o estudios de vida útil de los materiales constituyen un procedimiento indispensable para garantizar la máxima calidad en los productos industriales. Llevarlos a cabo de forma correcta es muy importante para obtener los mejores resultados.
Los estudios de vida útil de un producto son pruebas que sirven para estimar la durabilidad de los materiales en condiciones adecuadas. Este tipo de exámenes son muy importantes en los distintos sectores empresariales para garantizar la viabilidad y la calidad de los objetos que salen al mercado o se incorporan a la cadena productiva.
De este modo, los estudios de vida útil aportan información precisa sobre los periodos temporales en los que un producto puede conservar sus propiedades estructurales y de funcionamiento intactas para cada uno de los espacios en los que debe actuar, contribuyendo así a:
- Predecir la evolución de las sustancias a lo largo del tiempo.
- Prevenir fallos y averías en productos y maquinaria.
- Reducir los costes de mantenimiento y aumentar la productividad.
- Optimizar el diseño, prototipado y la fabricación de nuevos materiales.
- Mejorar la imagen de las empresas ante sus clientes y la sociedad en su conjunto.
Y sobre el cuándo, cabe destacar que los estudios o ensayos de vida útil han de aplicarse siempre que se quiera caracterizar materiales en base a sus propiedades morfológicas y funcionales, clasificándolos en función de su rendimiento. Todo ello permite diseñar e innovar en materiales, escoger y validar los mejores componentes para los procesos productivos, así como ajustarse a los requerimientos de funcionamiento, seguridad y calidad previamente establecidos por las normas legales y las demandas del mercado.
Estos experimentos se utilizan para estimar el tiempo de vida útil de productos muy variados, entre los que se incluyen las piezas mecánicas de los dispositivos electrónicos y la maquinaria industrial, los diferentes elementos de los sistemas eléctricos, hidráulicos y de refrigeración, los programas de software de los equipos informáticos o los componentes de coches, aviones, barcos y otros sistemas de transporte.
Asimismo, los estudios de vida útil resultan imprescindibles en la ingeniería civil y en la construcción de edificios e infraestructuras para calcular la durabilidad de sustancias como el hormigón, así como en la industria alimenticia para medir el tiempo en el que las comidas, las bebidas y sus envases permanecen aptos para su consumo, determinando así las fechas de caducidad y consumo preferente.
Pero, ¿cómo hacer un estudio de vida útil de un producto?
A la pregunta de cómo realizar un estudio de vida útil, a grandes rasgos, se llevan a cabo los siguientes pasos:
- Identificar el objetivo del ensayo o estudio y seleccionar los productos: En otras palabras, recopilar toda la información requerida para conocer la vida útil de un producto. Y, a partir de ahí, establecer unos objetivos específicos. Estos varían en función de la composición, la producción y el tamaño de la muestra seleccionada.
- Diseño experimental: O diseño del estudio de vida útil de un producto. Una parte fundamental, ya que se planifican los pasos a seguir durante el estudio.
- Definir las variables del estudio de vida útil: En el caso de medir la vida útil de los alimentos, en seguridad alimentaria, se fijan variables como la humedad, la temperatura, el tiempo de almacenamiento… Así, si se realiza el estudio de vida útil de un alimento como la leche, definiendo unos parámetros concretos que afectan a la calidad del producto.
- Análisis de las muestras e interpretación: Por último, se analizan las muestras y de ahí se obtienen datos fruto del estudio. A continuación, se interpretan los resultados para establecer la vida útil de un producto y aplicarlo al mercado.
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