El plasma atmosférico conforma uno de los procesos más eficientes para la innovación en materiales, limpieza, activación o recubrimiento de plásticos, metales, vidrios o materiales reciclados. Distinguido de otros tipos de Plasma (de baja presión, de alta presión y método Corona) por sus ventajas y aplicaciones, cabe dedicar un artículo a explicar qué es, cómo se utiliza, así como qué beneficios y dificultades conlleva.
Al plasma se le conoce como cuarto estado de la materia; y esto es porque si se le aporta suficiente energía a un gas se consiguen arrancar sus electrones dando lugar a una nube de iones, radicales y otras muchas especies. Alberto Zurro, Ingeniero Especialista en Tecnologías Energéticas de Infinitia explica cómo “el plasma atmosférico puede destinarse a casi cualquier sector –por citar algunos: aeronáutica, electrónica, textiles, envases y automóvil– y sirve para aplicar un recubrimiento, cambiar la química de las superficies y limpiar o activar las mismas. Un claro ejemplo es el pegado de plásticos, que de otra forma no sería posible o requeriría un producto especial.
Ahora bien, si bien es cierto que cada vez van surgiendo nuevas aplicaciones domesticas en el campo de la higiene en las cuales también ha trabajo Infinitia, no es común manejarlo fuera del nivel industrial. En este sentido van dirigidos los servicios proporcionados por la empresa, donde nuestro equipo consigue integrar y optimizar esa tecnología en tu empresa, ofreciendo el conocimiento y la personalización necesaria para cada caso.
Por ejemplo, si pensamos en packaging para uso alimenticio, característico en cadenas de comida rápida, es común que entre el aire en el envase y oxide el alimento, acelerando su caducidad. Como solución para evitarlo, se propuso modificar el plástico utilizado a través de la aplicación de la tecnología atmospheric pressure plasma jet (APPJ), o plasma atmosférico, después de hacer un análisis de los materiales empleados; de tal forma que se hizo un recubrimiento en los films para alargar la fecha de conservación, incrementándola en varios meses.
Como explica Javier Sanz, CEO de Infinitia, “respecto a otros plasmas, la ventaja principal del plasma atmosférico es que el equipo que se utiliza resulta mucho más sencillo para otros tipos, el plasma precisa de un proceso en vacío en reactores, elevando la duración del proceso y obligando a trabajar en lotes”. Además, “al emplear el plasma a temperatura ambiente y presión atmosférica, es decir, sin ningún tipo de vacío, se posibilita su manipulación en continuo, automatizándose con robots o brazos mecanizados y pudiéndose integrar en nuevas líneas u otras ya existentes”, señala Javier.
Como consecuencia de la velocidad del proceso, continúa, “los costes quedan reducidos, tanto en consumo energético como en precio final ya que, al aumentar la oferta de las unidades, se convierten en productos más accesibles”. Por consiguiente, al reducir o evitar el uso productos químicos, el plasma se alza como una tecnología verde.
No obstante, a pesar de todos sus beneficios dirigidos a equipos comerciales, su mayor obstáculo se encuentra en conocer las condiciones de aplicación necesarias para cada caso concreto. La química del plasma es compleja y suele requerir una optimización y desarrollo específico a la aplicación final.
En definitiva, los sistemas de plasma atmosférico son aptos para una amplia gama de aplicaciones, entre las que cabe recordar la limpieza, desinfección, o cambio de la composición química de una superficie.