Los fallos en la industria existen, ya sean humanos o puramente mecánicos. Un ejemplo sería la rotura de un material, que puede traducirse en la paralización de la cadena de producción en una fábrica, derivando en altas pérdidas económicas. Otro ejemplo: uno de los peores escenarios que nos podemos encontrar si el incorrecto funcionamiento de la maquinaria hiere a un trabajador. El origen de situaciones de este tipo se encuentra en la posible desatención de la infraestructura, o en la incapacidad de encontrar el problema. Y es en estas situaciones cuando Infinitia entra en acción para poder poner remedio y solución, mediante la ingeniería forense.
Investigar las causas y consecuencias de un problema es la función principal de esta rama de la ingeniería. Con un objetivo más atractivo todavía: evitar que ese fallo vuelva a tener lugar. Los ingenieros forenses actúan, casi como seguramente estás pensado, como ese conocido actor de una serie o película policíaca en la que a través de la investigación, interrogatorios, análisis e identificación de sospechosos consigue resolver y dar con el responsable de un asesinato. Tan sólo hay una diferencia fundamental: la investigación no se centra en un cuerpo humano, sino en examinar materiales, componentes, estructuras compuestas o sistemas de fabricación que han sufrido una avería. “Somos el CSI de Las Vegas… pero de los materiales”, compara Javier Sanz, CEO de Infinitia. Los años de trabajo y especialización en este campo desde 2014 les permite aportar soluciones de forma rápida y eficaz, “solo con mirar la escena ya prácticamente sabemos lo que ha ocurrido”, explica, “por supuesto que existe una labor de análisis importante, sin embargo la experiencia hace el resto”, matiza.
Pero exactamente, ¿cómo trabaja un ingeniero forense?. La metodología a aplicar se basa principalmente en los conocimientos técnicos y amplio bagaje del equipo, pues, en este departamento está directamente implicado la mitad de la plantilla de esta ingeniería. Un factor esencial para la resolución del “crimen” son unas instalaciones adecuadas. La equipación tecnológica de un laboratorio de estas características requiere no solo de espacio, sino también de una alta especialización.
Con todo listo, comienza la primera fase del trabajo: el diagnóstico previo. Para ello la comunicación con el cliente es una pieza clave, y como en casi toda investigación en la que se recaban pistas a través de declaraciones tipo interrogatorio, alguien suele mentir. O dicho de otra forma, se “olvidan” de algún detalle, por eso un requisito imprescindible es realizar una observación de campo, desplazarse al lugar donde ha ocurrido todo observar. “Excavar esa superficie, tirar del hilo e ir atando cabos”, explica Javier Sanz.
El segundo paso sería la elaboración de hipótesis y su validación experimental. En esta etapa, la valoración de los factores implicados y su relación son aspectos a examinar con detalle, sumado a la propia experiencia previa, se consigue cerrar el caso de manera efectiva. El último paso se centraría en el análisis de riesgos y la selección e implantación de las soluciones más adecuadas a las necesidades del cliente.
Los departamentos de calidad de empresas relevantes y con altos volúmenes de facturación anual son muy potentes. Sin embargo, cuando aparecen situaciones “extrañas”, casuísticas poco habituales en su día a día, recurren a un agente externo, como es Infinitia, ya que “aportamos un conocimiento muy específico, ahorramos tiempo y ponemos a su disposición unas instalaciones altamente preparadas”, destaca su CEO.
Las aplicaciones de la ingeniería forense son muy extensas, aunque predominan en el sector industrial y manufacturero, donde cada día aparecen nuevos casos que resolver.
El equipo de Ingeniería Forense en Infinitia
Vanesa Rodríguez: “Cuando se requiere nuestro soporte en casa del cliente, pasamos a formar parte de su equipo de calidad y nos metemos a fondo en el caso, intentando ver todo el ciclo del producto para descubrir dónde ha podido surgir el problema. Abordamos los proyectos de forma global, porque es la manera de dar un servicio completo”.
Eva Pacheco: “En la ingeniería forense no hay dos casos iguales. Cada trabajo es un reto nuevo en el que los análisis y pruebas nos guían hasta dar con la causa y solución a cada problema”.
Javier Graus: “La resolución de problemas complejos necesita de un profundo conocimiento de diferentes campos de la ingeniería. Infinita pone a disposición de sus clientes un equipo multidisciplinar y altamente especializado para resolver esos casos de una forma ágil y eficiente”