Un producto sustitutivo es un bien similar que puede utilizarse en lugar de otro. Se trata de bienes muy competitivos que pueden mejorar la estrategia de producto comercial de una marca, tanto en el ámbito del marketing como en desarrollo de mejoras.
¿Quieres saber qué son los productos sustitutivos? ¿Cuáles son los diferentes tipos? ¿Y cómo pueden mejorar el marketing de tu marca? Te lo contamos a continuación y, además, te mostramos algunos ejemplos que pueden inspirar nuevas oportunidades de negocio.
Qué son los productos sustitutivos
Un producto sustitutivo es cualquier alternativa, sustitución o respaldo de bienes en el mercado. En otras palabras, se trata de un producto o mercancía que actúa como reemplazo o alternativa de un artículo más popular sin afectar notablemente la composición o apariencia, o la utilidad del producto resultante.
Un producto sustitutivo se define como un producto o servicio que se utiliza en lugar de otro.
Además, es lo suficientemente similar como para ser utilizado para la misma función. Pongamos de ejemplo dos marcas diferentes de un mismo producto.
Una de las características propias de los productos sustitutivos es que son muy competitivos, ya que pueden ser sustituidos fácilmente por un competidor que introduzca mejoras, innovaciones más atractivas y lleve a cabo una excelente labor de marketing en la estrategia de desarrollo del producto.
Por otro lado, cuando el precio de un bien sustitutivo sube, la demanda del otro también aumenta favoreciendo a ambas marcas. Es lo que se conoce como elasticidad cruzada positiva de los precios.
Tipos de productos sustitutivos
Existen dos tipos de productos sustitutivos, directos e indirectos. La pertenencia a cualquiera de los grupos depende del grado de correlación entre los productos. Podemos, por tanto, categorizarlos de la siguiente manera:
Producto sustitutivo directo
Se da el caso cuando un artículo puede ser fácilmente sustituido por otro, lo que significa que ese producto puede resolver problemas similares, apenas hay diferencia entre ambos y son prácticamente equivalentes. Como la Pepsi y la Cola-Cola
Productos sustitutivos indirectos
Son productos que están débilmente correlacionados entre sí, pero que pueden sustituir al artículo principal. Estos poseen una baja elasticidad cruzada de la demanda. Por ejemplo, un cliente puede ir a comprar una palmera de chocolate y descubrir que no queda ninguna y, en su lugar, puede acabar comprando una manzana. Se trata de dos artículos que no tienen nada que ver, pero que pueden ser sustituidos.
Productos sustitutivos: ejemplos
- Android y iPhone
- McDonald’s y Burger King
- Pan blanco y pan integral
- Libros físicos y e-books
- Producto de marca y marca blanca
Son productos que sirven para el mismo propósito, poseen funciones muy similares y, por lo tanto, pueden llegar a utilizarse o consumirse indistintamente uno en lugar de otro, lo que les convierte en productos sustitutivos. Entonces ¿Qué marca la diferencia? Los estudios de mercado, el plan de marketing y por supuesto la estrategia de producto, como veremos a continuación.
Los productos sustitutivos y la estrategia de producto
Los consumidores tienden a elegir los productos sustitutivos por varias razones, como son la mejora de la calidad del producto, un mejor precio o innovaciones, entre otras.
Gracias al diseño estratégico, como el que realizamos en INFINITIA Industrial Consulting, se pueden desarrollar mejoras que perfeccionen con creces el producto sustitutivo.
Para que el producto sustitutivo sea todo un éxito tiene que seguir un plan de marketing que tenga en cuenta los siguientes 3 factores esenciales:
1. Precio
Probablemente la razón más común por la que los clientes sustituyen productos es el precio. Los sustitutos controlan indirectamente los costes porque los clientes realizan -muchas veces de forma inconsciente- un análisis del coste y beneficio antes de comprar un producto.
En este sentido, contar con la ayuda de profesionales en la innovación y desarrollo de productos que consigan mejorar las características finales y reducir los costes en el proceso de producción, será la clave para ofertar precios competitivos y obtener un amplio margen de beneficio.
2. Calidad
La calidad del producto puede afectar a la demanda de bienes sustitutivos. Si un producto conocido no sabe tan bien, no dura tanto o no es cómodo, puede tenerse en cuenta durante el proceso de decisión. Aquí es donde entra en juego el análisis de mercado y el perfeccionamiento del producto. Por un lado, para saber qué es lo que buscan los consumidores -por ejemplo, utilizando un panel de consumo– y, por otro lado, para mejorar sus características y aumentar su calidad final.
3. Gustos de los consumidores
Los gustos de los consumidores pueden cambiar con el tiempo. Por ejemplo, la estacionalidad del producto le puede otorgar un valor adicional. Pongamos los helados, en este caso suelen estar más disponibles en verano, de forma que actúan como sustitutos de otros productos dulces.
Por otra parte, gracias a los productos sustitutivos existirá más variedad en el mercado para que los usuarios finales puedan elegir el mejor producto según sus gustos y necesidades.
En definitiva, los productos sustitutivos generan una gran competencia en el mercado en pro de una búsqueda por atraer clientes, lo que redunda en la mejor calidad de los productos.
En este sentido, son la razón que motiva a las empresas a reinventar continuamente sus productos para sacar al mercado variantes únicas con mejor calidad y a precios razonables, proporcionando así una mayor satisfacción al cliente. En Infinita lo sabemos y queremos ayudarte a desarrollar la mejor versión de tu producto. Ponte en contacto con nuestro equipo de especialistas en diseño estratégico para ofrecerte la mejor solución.