¿Cuál fue el reto o problema a resolver?
El desafío principal al que se enfrentó el equipo de Ingeniería Forense de INFINITIA fue la necesidad de establecer un método eficiente para determinar la dureza de unos componentes de acero galvanizado en producción. El cliente había detectado fallos debido a una posible variación de la dureza, las cuales no cumplían con los estándares requeridos a su proveedor, comprometiendo su integridad y utilidad en el proceso productivo.
El foco de este problema se centró en una posible variabilidad en la calidad del galvanizado, lo que afectaba la dureza final del producto. El objetivo del proyecto fue doble: por un lado, identificar las causas del fallo en la dureza a través de un análisis detallado de las piezas tanto no aptas como aptas; y por otro, desarrollar y establecer un método de ensayo in situ que permitiera separar eficazmente las piezas según su dureza antes de su integración en la cadena de producción.
¿Cómo se abordó o cuál fue la solución?
Para resolver el problema, el equipo de Ingeniería Forense de llevó a cabo una serie de pasos detallados que permitieron abordar el reto de manera integral. Inicialmente, se prepararon y se inspeccionó visualmente las muestras para detectar posibles defectos en la homogeneidad del material.
A continuación, se realizó un análisis exhaustivo del material utilizando un microscopio electrónico de barrido (SEM-EDX), que permitió al equipo identificar diferencias en la composición de las muestras y detectar posibles inclusiones o irregularidades en la superficie de las piezas defectuosas en comparación con las piezas de referencia. Esta etapa fue crucial para identificar indicios que podrían ser la causa del fallo en la dureza de las piezas.
El siguiente paso fue la medición del espesor de galvanizado en las piezas clasificadas como aptas y no aptas, utilizando un probador de dureza Vickers. Este paso ayudó a establecer diferencias en la dureza del acero en relación con el espesor del galvanizado. Una vez establecidas estas diferencias, se analizó la relación entre las características fisicoquímicas de los materiales y su dureza, integrando datos experimentales y bibliografía relevante.
Finalmente, se desarrolló un método in situ para la determinación de la dureza con un equipo portátil. Este enfoque permitió al cliente establecer una correlación directa entre el grosor del galvanizado y la dureza del material, logrando así una clasificación efectiva de las piezas en el lugar de producción. Este avance fue clave para garantizar la calidad del producto final y optimizar las etapas afectadas en el proceso productivos.