¿Cuál fue el reto o problema a resolver?
El equipo de Ingeniería Forense de INFINITIA se enfrentó al desafío de llevar a cabo un proceso de ingeniería inversa y análisis químico de pinturas, con el objetivo de evaluar si las hojas de seguridad proporcionadas por el proveedor reflejaban con precisión su composición real, especialmente en lo referente a los compuestos volátiles.
El cliente tenía dudas fundadas sobre la presencia de contaminantes no declarados que podrían comprometer tanto la seguridad en el entorno de trabajo como la calidad del producto final. Esta incertidumbre suponía un riesgo, ya que cualquier discrepancia en la información técnica podría derivar en problemas durante el uso y manipulación del material.
El reto principal fue seleccionar la técnica adecuada para analizar una serie de compuestos presentes en las pinturas, algunos de los cuales no estaban cubiertos por normativas específicas. El objetivo del proyecto era claro: determinar si los contaminantes identificados en las muestras de pintura coincidían con la información provista en las hojas de seguridad del proveedor. y, en caso de detectar inconsistencias, proporcionar al cliente información fiable para tomar las acciones correctivas necesarias.
¿Cómo se abordó o cuál fue la solución?
Para abordar este problema, el equipo de INFINITIA realizó un estudio sistemático .El proceso comenzó con la toma controlada de muestras de pintura, utilizando una microcámara térmica, que permitió capturar de forma precisa los compuestos volátiles sin alterarlos. Esta herramienta facilitó la recolección representativa de las sustancias a analizar, garantizando que los resultados reflejaran con exactitud la realidad de los productos.
Una vez recogidas las muestras, se procedió al análisis de los compuestos mediante cromatografía de gases espectrometría de masas (GC-MS). Esta técnica permitió realizar un separar e identificar con alta sensibilidad cada uno de los componentes presentes en la pintura, incluso aquellos en concentraciones muy bajas que podrían pasar desapercibidos con métodos menos precisos.
Los datos obtenidos se analizaron utilizando software especializado que permitió identificar y cuantificar con precisión cada uno de los compuestos detectados. Esta etapa permitió determinar si las concentraciones de los contaminantes se encontraban dentro de los límites establecidos o si existían desviaciones que pudieran generar preocupación.
Por último, se compararon los resultados obtenidos con las especificaciones proporcionadas en las hojas de seguridad del proveedor. Esta verificación meticulosa permitió identificar cualquier discrepancia entre la información declarada y los valores reales, proporcionando al cliente una visión objetiva y fundamentada gracias al análisis químico de pinturas.
Gracias a este enfoque técnico y sistemático, INFINITIA entregó un informe detallado que no solo resolvió la incertidumbre inicial del cliente, sino que también le proporcionó las herramientas necesarias para garantizar la conformidad de los productos con sus estándares de seguridad y calidad. Esta solución permitió al cliente reforzar su control sobre los materiales utilizados, optimizando la transparencia en su cadena de suministro y minimizando riesgos tanto operativos como de seguridad.
El éxito de este proyecto refuerza la capacidad de INFINITIA para abordar problemas complejos mediante un equilibrio entre innovación técnica y soluciones prácticas que aportan valor real y medible a nuestros clientes.