¿Cuál fue el reto o problema a resolver?
La irrupción de la pandemia ha conllevado al uso de la luz ultravioleta como una de las alternativas más efectivas en la lucha contra el coronavirus y la desinfección de aire.
La radiación UV tiene la ventaja de que no requiere de uso de químicos (ej. lejía u otros productos desinfectantes), pero requiere que esté bien diseñado y optimizado el modo de aplicación para lograr una buena efectividad (ej. evitar zonas sin radiación o denominadas “sombras», ajustar la potencia para lograr su efectividad en la desinfección…).
En este caso, la situación partía de la necesidad de implementar en un producto una luz, cuya finalidad principal fuera la desinfección del aire. Una luz ultravioleta que fuera eficaz contra el coronavirus con unos parámetros de uso concretos y no supusiera elevados costes de energía en su uso.
¿Cómo se abordó o cuál fue la solución?
Desde el equipo de Desarrollo de producto se logró configurar un modelo teórico que aunaba todas las alternativas posibles bajo los criterios solicitados por la empresa.
Gracias a un diseño innovador se logró maximizar la eficiencia sin necesidad de invertir en un aumento de la potencia de radiación. Este modelado permitió ahorrar tiempo y costes al llevar a prototipado la versión definitiva.
El reto
- Disponer de un dispositivo de UV para desinfectar aire
- Garantizar la calidad de desinfección a un precio asequible
La solución
- Desarrollo de unas simulaciones teóricas para optimizar el diseño del prototipo funcional
- Maximizar la potencia a través del diseño y resto de los parámetros de contorno