¿Cuál fue el reto o problema a resolver?
Al equipo de Ingeniería Forense de INFINITIA se le planteó la investigación de unas tazas de vidrio que se rompían al añadir líquido caliente. Al fabricante de las tazas le preocupaba esta situación, ya que se trataba de un fallo crítico que podría afectar a la seguridad del usuario, ya que la rotura inesperada de las tazas podía causar ciertos accidentes. Este fenómeno no presentaba una causa aparente y no existían referencias normativas claras para guiar la investigación, lo que aumentaba el nivel de dificultad del proyecto.
El reto principal fue determinar qué factores estaban provocando la fractura de las tazas bajo condiciones aparentemente normales de uso. Dado que las tazas estaban diseñadas para resistir cambios bruscos de temperatura, era necesario identificar si el fallo residía en la composición del material, en tensiones internas generadas durante el proceso de fabricación o bien a otros defectos estructurales. El objetivo final del proyecto era encontrar la causa del fallo para poder solventarlo, asegurar la resistencia de las tazas, y garantizando la seguridad de los usuarios.
¿Cómo se abordó o cuál fue la solución?
Para abordar este problema, el equipo de INFINITIA realizó una inspección visual detallada de las tazas utilizando una lupa estereoscópica. Este análisis permitió identificar defectos superficiales como burbujas e inclusiones dentro del vidrio, lo que señalaba una posible causa de la rotura. Estas irregularidades, a pesar de que puedan ser pequeñas, pueden provocar puntos débiles que se agravan cuando el vidrio se somete a tensiones derivadas del contacto con líquido caliente.
Posteriormente, se llevó a cabo un análisis de la composición del material. Los resultados indicaron que el material utilizado era adecuado y cumplía con las especificaciones para resistir cambios de temperatura. Esto descartó la posibilidad de que el fallo estuviera relacionado con un cambio inesperado en la composición química del material.
El equipo también analizó las tensiones internas del vidrio. Aunque no se detectaron tensiones internas significativas que pudieran explicar la fractura, las observaciones de los defectos visibles seguían siendo el principal factor a considerar.
A partir de las pruebas y análisis realizados, se formuló la hipótesis de que las tensiones generadas por el contacto con el líquido caliente se concentraban en los defectos, lo que impedía la correcta disipación de las tensiones, provocando la rotura de las tazas.
El éxito del proyecto radicó en identificar que el fallo no estaba en la composición del material ni en las tensiones internas, sino en defectos estructurales generados durante el proceso de fabricación. Estos defectos debilitaban las tazas de vidrio y, al entrar en contacto con el agua caliente, provocaban la fractura.
Con esta información, el fabricante pudo realizar ajustes en el proceso de producción para garantizar la calidad y seguridad de las tazas.